Nota: Quize relatar de esta forma mis problemas,obviamente hay parte que no son reales.
Bien, como mi cabeza no estaba muy ordenada últimamente, decidí visitar a mi psiquiatra(casi mi médico de cabecera D:) el Sr. Crane.
La cita estaba programada a las cinco de la tarde, así que tranquilamente llegué a su consulta tipo 4:40 pm. por supuesto su secretaria (la típica, ésa de lentes con cara amargada que te ve de pies a cabeza)me dijo que tomara asiento y esperara por mi turno. (¿turno? eso se oyó tan raro -.-) bien, tomé una revista y comencé a hojearla despreocupada, hasta que de pronto sentí una mano en mi hombro, levanté la mirada y era el que venía a buscarme, era extraño verlo sonreír,casi la mayor parte del tiempo mantenía ésa actitud sería, pero conmigo era diferente, no sé por que.
La escena era típica, el paciente tendido en un gran sillón, y el doctor, sentado al lado observando y tomando notas sobre lo que éste le relataba.
–Veo que, ahora tu problema tiene que ver más con algo amoroso más que con tus otros problemas frecuentes – Acomodó sus lentes.
–Si, y no sé que hacer, realmente lo que sucede es..
–Cuentame más – Interrumpe.
–¿Más detalles? – Crane asiente con la cabeza – Bien,creí gustarle a una persona de la misma forma en la que yo lo hacía, pero sólo resultó no ser así, había tantas cosas que parecían ser lo que yo creía además ...bueno ya sabes...
–Lo sé – Suspira – Bueno,solo te queda esperar, quizás en un tiempo más se de cuenta realmente que sucede.
–Espero que así sea, Jonathan... ¿te has enamorado alguna vez?
–Melissa, el que pregunta aquí soy yo – Totalmente nervioso, sus mejillas tomaron un tenue color rojizo, ella sólo lo vio tranquilamente y sonrió.
– Perdón no quise ser tan imprudente
– No te preocupes, creo que la sesión termina aquí – Cerró su libreta de notas,al mismo instante que ella se colocaba de pie y caminaba hacia la puerta de salida– Que termine la sesión ,no significa que debas irte – Nuevamente en su rostro se dibuja ésa sonrisa que tan pocas veces muestra.
–Entonces....
-¿Te parece si vamos por unos cafés? – Ella no sabía que decir.
-Yo...si....si claro – El corrió por su abrigo y se fueron juntos al café central de la cuidad.